Algunas cosas
En ocasiones, me produce una insuperable pereza el tener que
escribir de algunas cuestiones que, para mí, son tan obvias como el
tener que respirar continuadamente. Otras, en cambio, se manifiestan
como necesarias bien para agradecer o bien situar mi percepción de
lo que pienso y siento. En primer lugar, hastiado ya de tanta
manipulación y de tanta falsedad en el mal llamado “conflicto
catalán”, quiero exponer mi firme posicionamiento en torno al
marco constitucional vigente, mejorable pero no ignorable.
Sin entrar
en detalles, debo indicar la “mayor”: la Democracia no es votar,
sino acatar las leyes establecidas para la totalidad de la ciudadanía
y, en caso de no compartirlas, sin dejar de acatarlas, emprender
iniciativas y caminos que lleven a su modificación –eso sí- con
planteamientos igualitarios, llevados (ahora sí) al refrendo en las
urnas por los cauces establecidos. Lo demás, es victimismo y
carencia intelectual, porque se pretende que la ciudadanía confunda
la legalidad con el instrumento que se establece para su logro.
Me
considero Euroespañol y defiendo los procedimientos democráticos,
pero recuerdo –otra vez- que la soberanía reside en el pueblo
español y, nadie, por muy afectadas que tenga sus emociones, me
privará de este derecho unipersonal que va unido a los derechos
unipersonales del resto de los hombres y las mujeres que conformamos
esta nación, a veces injusta, a veces protectora de nuestros
derechos y libertades. En segundo lugar y cambiando de registro, debo
agradecer a quienes hicieron posible, con su intervención y con su
asistencia, la presentación de la nueva novela de Verónica:
“Evocadora”.
Mucha gente nos excusó su asistencia, entiendo que
no siempre estamos en disposición de acudir a actos a los que hemos
sido invitados; otros no tuvieron ganas de hacerlo en uso de sus
gustos y de su libertad; pero a todos, debo manifestar nuestro
afecto. Más de 200 personas acompañaron la presentación que,
presidida por nuestra alcaldesa Irene Navarro y nuestro concejal
Fernando Portillo, tuvo como excelente guionista a Cristina Masiá,
actriz y poeta, de Petrer y en Petrer. Cristina puso en escena su
enorme talento y su sensibilidad, al declamar en prosa poética
aquellas sensaciones que Evocadora le había provocado.
Un enorme
esfuerzo de acercamiento a la novela, porque escribir y ser capaz de
transportarnos a un mundo inesperado y emocionante, sólo está
reservado a personas que llevan en sí mismas la capacidad de
provocar impactos que provienen de faros lejanos, de ecos que nos
permiten superar las mediocridades cotidianas, y de despertares que
encaminan hacia lugares que superan las rutas ya establecidas.
Gracias Cristina. En tercer y último lugar, hago un llamamiento por
el desinterés y extrañeza que demostramos ante nuestras
potencialidades como pueblo, como ciudad modernizada.
Nuestros
referentes deben estar en nuestra capacidad de superar limitaciones,
en tener amplitud de miras que nos lleven más allá de la
contemplación de lo cotidiano. Unir esfuerzos para superarnos en pos
del bien común es una tarea ineludible, es una exigencia ética, es
un compromiso para con nosotros mismos y para con nuestros hijos y
nietos. ¡Pongamos en valor nuestras fortalezas! ¿Es Petrer una zona
zapatera y marroquinera? Tal vez deberíamos reponer algún cartel y
empezar a creérnoslo.