El Museo Dámaso Navarro enseña las monedas romanas en los institutos
Por: Ismael Carratalá Ibáñez y Fernando Tendero
¿Qué es una moneda? ¿Sabemos cuál es su origen? ¿Qué aporta
su estudio al conocimiento de la Historia? Estas son algunas de las
preguntas que lanzamos a las alumnas y alumnos de instituto al
comienzo del taller de numismática que venimos desarrollando desde
el Museo Dámaso Navarro de Petrer desde hace dos años en nuestra
misión por divulgar los contenidos arqueológicos de nuestra
institución, tal y como se recoge en la legislación vigente en
materia de patrimonio cultural.
Gracias a este taller denominado “Roma y sus monedas”, los
estudiantes de 3º y 4º de ESO descubren que en nuestra vida
cotidiana realizamos rutinas que van acompañadas, algunas de ellas,
del uso de objetos que tienen un origen remoto, bien de siglos o,
incluso, milenios. Es lo que sucede con la forma en que realizamos
las transacciones comerciales a pequeña escala, utilizando la moneda
-el papel moneda o la tarjeta bancaria en su defecto- como elemento
de cambio por un producto.
La actividad surgió durante el curso
2015/2016 a petición del departamento de Latín y Griego del IES
Azorín, que solicitó la realización de un taller con motivo de la
celebración de la “Semana Clásica” en el que se ofreciera una
visión general y amena de la numismática griega y romana.
Así, al
no contar previamente con un recurso que cumpliera con los requisitos
demandados, se diseño un taller dividido en tres partes que
combinase una breve exposición de contenido histórico, una
aplicación práctica de los conocimientos impartidos y, por último,
una acción creativa confeccionando una moneda personalizada.
De
contenido histórico les hablamos de las primeras monedas acuñadas
en el reino de Lidia, en la actual Turquía, allá por el siglo VII
a. C., llegando al periodo bajoimperial romano, observando que no
siempre fueron circulares y que su peso podía variar dependiendo de
las épocas. También descubren cuáles eran los metales sobre los
que se acuñaba comúnmente: oro, plata y bronce y los nombres que
tenían: áureo la de oro; denario para la de plata; o sestercio y as
para las monedas de bronce.
Además de su valor económico, una de
las características que más información nos aporta a nivel
histórico es su uso como propaganda política, dado que dicho
elemento debe ser acuñado por un poder público, el Estado,
representado por el Senado y por el emperador. A lo largo de la
civilización romana en la que se pasa de la monarquía a la
república y de ésta al imperio, en las monedas se incluyen
distintos motivos, como de animales a los que se les atribuyen
poderes divinos, o las representaciones figuradas de diosas y
dioses, en las que se transmiten mensajes concretos de conquistas
territoriales y exhibición del poder militar y político.
En época
imperial encontramos el busto de perfil del emperador de cada momento
junto a su nombre y sus cargos en el anverso y el mensaje de
propaganda política en el reverso. Gracias a ello, es posible saber
cómo era físicamente la persona más importante del imperio romano.
Todo ello sirve para que el alumnado reciba una enriquecedora sesión
en la que amplían su conocimiento sobre el pasado y, al mismo
tiempo, son partícipes al ir deduciendo por sí mismos los
diferentes contenidos, emulando una investigación arqueológica.
Tras ello, deben poner en práctica todo lo aprendido y convertirse
por unos minutos en expertos numismáticos a la hora de identificar
las monedas que les facilitamos a cada grupo en los que se ha
dividido la clase. Ayudados por los técnicos del museo en unas
fichas creadas a tal efecto deben describir los tipos y leyendas que
se observan en el anverso y reverso y reconocer al emperador que
figura en la moneda. Tras esta actividad grupal en la que han
demostrado sus conocimientos numismáticos, viene la parte en la que
deben de mostrar sus habilidades creativas.
Para ello se les reparte
a cada uno un disco de arcilla a modo de moneda para que diseñen su
propia moneda siguiendo las pautas de la moneda romana imperial: un
autorretrato de perfil en el anverso así como su nombre, y en el
reverso algún dibujo con objetos o símbolos que les identifiquen
como un equipo de fútbol, grupos musicales, aficiones, etc.
En
definitiva, se les anima a ejercitar su capacidad de observación e
inventiva haciendo una actividad lúdica. La solicitud del taller por
parte de los centros educativos, curso tras curso, nos demuestra que
la actividad gusta y nos anima a seguir en esa línea didáctica para
demostrar a los estudiantes que el conocimiento del pasado puede ser
divertido al tiempo que útil, y cómo unas monedas de hace muchos
siglos, nos permiten ver de otra manera las monedas que utilizamos
día a día.