Zaplana
Empiezas una mañana,
como cualquier otro día,
buscando la
sintonía
de una emisora cercana.
Como quien oye una nana
-la misma
monotonía-
escuchas la letanía
de la cuestión catalana.
Y de
repente..!Zaplana¡
mientras el pepé decía
que la charca está
vacía,
les ha salido otra rana.
En el fondo era un buen chico
que
nos dijo la verdad:
“el quería hacerse rico”
aunque esa
sinceridad
le ha salido por un pico
a nuestra Comunidad.
Y el
partido, diligente,
fue vehículo y atajo
-como con tanta otra gente-
para robar a destajo:
le hizo alcalde, presidente
y ministro de
trabajo.
Y en espera del siguiente,
que será otro caso aislado,
nos
dirán, seguramente,
igual que un disco rayado:
“ese señor que
usted nombra,
que pertenece al pasado…”
y al que pusimos la
alfombra,
tan pulcro y tan bronceado,
va a estar un tiempo a la
sombra
por lo que ha blanqueado.