El silencio es sano
Nuestro rey no preparado, esposo de Sofía
y padre a la sazón del
rey no campechano,
posee una fortuna que nadie conocía
y que nadie
conoce cómo acabó en su mano.
Su padre es bien sabido lo poco que
tenía
y poca fue la dote del dictador anciano.
Cómo se ha
enriquecido la hispana monarquía
es un secreto a voces. Pero el
silencio es sano.
En España monarca no rima con justicia,
rima mejor
elefante, fortuna, o Corina,
y el estribillo es siempre dinero y
avaricia.
La inquisición acecha detrás de cada esquina;
Vendrán a
preguntarme y algo habré de decir:
“me equivoqué, lo siento, no
volverá a ocurrir”