Cuando la gratitud es comunión
Querida Teresa, la valía fue haber dignificado a los Labradores
de este pueblo de antaño, representando a nuestros las raíces en
ese boato que perdurará en nuestro recuerdo través del tiempo,
donde la sencillez y la pasión de todos fue el calor que le dio
vida.
También se demostró que la fiesta, puede y debe ser accesible
para todos, sin excepción. Muchísimos festeros, gracias a los
boatos han vuelto a sentir el calor que el pueblo le da a la fiesta,
llevando la emoción que surgen en sus corazones con sus sonrisas y
lágrimas.
Los boatos, cada vez más entrañables nos muestran nuestra
historia.
En ese acto tan esperado y especial, es preciso que estén,
los que por sus circunstancias no pueden estar en su fiesta y gracias
a vosotros, que los invitáis, son felices y en su alegría
resplandece su pasión de seguir amando y compartiendo su
ilusión por la fiesta.
Todo sucedido como un sueño, donde ha quedado patente que lo que
realmente prevalece es el sentimiento, la emoción, el trabajo, la
ilusión, las ganas de hacerlo bien. Sentir la misma alegría del que
te felicita o del que dé ese beso de gratitud.
Este mundo necesita de muchas Teresas y equipos como el tuyo.
Pues la fiesta es el nexo más importante de convivencia por encima
de ideologías y creencias. Esta fiesta de hoy representa el
al-Ándalus que compartió las tres culturas que asombraron al
mundo. Conviviendo, dando muestras, que todos procedemos y somos del
mismo Árbol de la Vida.